martes, 17 de agosto de 2010

Buena chica, buena chica..

Ternura alcanzable a todas horas. Belleza inmune a un puñetazos. Putas o zorras si somos listas, locas o despreocupadas. Somos mujeres, somos personas.

Todavía no he conocido a ninguna mujer que no se queje de su físico, que crea realmente que tiene un culo bonito o las piernas preciosas.Todavía no he visto a ninguna mujer quererse de verdad, aceptarse tal y como es, y no querer ser lo bonita que la dicen ser. Todavía no he visto a ninguna mujer darse cuenta de lo que es. Nos mata la estima el contínuo bombardeo de mensajes estéticos, los balazos de la televisión o los anuncios, y la contínua crítica a la que te expones al pisar la calle. Una media de 45.000 mensajes diarios hace mucho dentro del coco ¿No creéis?. Es un sistema enredado para hacernos creer, desde chicas, que somos sus pequeñas putas. Y más tarde nos esforzaremos el triple para agradar a nuestro chulo. Tened claro que el mismo daño hacéis aquellos/as que miráis, no con vuestros ojos, sino con los ojos de la dictadura estética. Después no reclaméis igualdad, el machismo sigue estando ahí debajo.

Las mujeres, desde que nacemos, parece que caminamos por los parámetros de Platón pisando fuerte. Parece que en el presente toda nuestra materia y cuerpo es una cagada, e intentaremos modelarlo con uñas y dientes, llevándolo hacia ese... concepto eidético que la sociedad nos crea. De nuevo algo ideal. Y cuánto más se acerque una a ese pensamiento abstracto, más va a querer cambiar. Llegando a ver, a mujeres realmente preciosas, llorar por no tener la nariz adecuada, o no tener la piel del color que querría, o... ¿De verdad lo queréis así? ¿De verdad sois tan insignificantes?

Todo en esto que llaman vida se deteriora, excepto nuestro interior, y si no nos percatamos de que ello es lo importante, no te servirá de nada llamarte mujer o llamarte hombre.
Y sí, hoy va por nosotras, y también por esos hombres que a pesar de serlo, se ven tan mujeres como tú y como yo.

Vamos a aprender a querernos un poco más.


''El trauma se renueva todos los años por estas fechas, a causa de la distancia insalvable entre la belleza neumática de las modelos y la tibia y precaria carnecilla de nuestros pobres cuerpos. Ahí están, recién llegadas de la- Semana Santa, miles de mujeres que hoy se odian un poco más que ayer: porque en la ajustada ropa primaveral se sintieron desparramadas y blandas como focas. Es muy difícil, y a veces hasta heroico, llegar a quererte y a aceptarte a ti mismo en lo fundamental, en tus limitaciones y tus logros; y a este ímprobo esfuerzo las mujeres hemos de añadir un combate imposible contra el fantasma del físico perfecto. El ingente negocio de la estética invierte muchísimos millones en promocionarse, de modo que no es de extrañar que cada año aumente la obsesión tirana por el cuerpo. Y así, incluso las revistas del corazón, tan sensibles ellas a los tópicos sociales, contribuyen últimamente al comecocos, y en los pies de fotos no hacen más que decir que si Fulana se mantiene guapísima o que si Mengana está hecha una ceporra. El machaque ambiental es tan feroz que todas tenemos las neuronas cocidas y la celulitis nos produce mucho más espanto que las vacas locas.

Y, sin embargo, la realidad es otra. Lo real es que la carne es blanda y declinante, y que ni la salud ni el atractivo físico tienen nada que ver con una anatomía despampanante: o sea, que puedes enloquecer al ser amado aun teniendo las mejillas arrugadas y las nalgas flojas. Dicen que Play Boy quiere sacar desnuda y en portada a Ursula Andress, que ha cumplido ya 60 años. Está bien que el recalcitrante Play Boy reconozca por lo menos que existen las mujeres mayores; pero lo revolucionario sería retratar no ya el cuerpo de la Andress, recosido para mimetizar la juventud, sino un cuerpo verdaderamente sesentón bien vivido, arrugado, sano y viejo. ''

Rosa Montero.




[Podría extenderme una barbaridad, pero no me gustaría convertir este blog en una sucesión de artículos sociales, pensad por vosotros mismos qué tipo de truño os plantan en la cabeza. Yo no soy quién para abriros los ojos, a los ciegos les odio tanto como al problema en sí. Buena suerte.]

3 comentarios:

  1. Un tanto sensacionalista. Bastante razón, también le pasa a muchos hombres, sobretodo hoy en día, pero, en cuanto a las mujeres, les pasa a todas...

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  2. Se puede reflexionar bastante sobre este tema. Yo al menos pienso que, es una de tantas cosas por replantearse de esta sociedad cegada con un prototipo de persona (si, persona incluso mas que físico).

    No se puede pedir igualdad cuando no existe. Hay hombres por un lado y mujeres por otro, tan sencillo como eso. Otra cosa bien distinta, es que las mujeres sean valoradas como se merecen (en mi opinión por encima del hombre, pues en la mayoria de ocasiones aportan algo reflexión en un mar de brutalidad).

    Existen mujeres que saben quererse sin necesidad de capas y capas de maquillaje, pero no puedes pedir que se descuide algo que les puede ayudar a quererse y estar a gusto con su cuerpo. Es así, por duro que sea, somos exclavos de nuestro cuerpo y nuestra imagen. Solo hay que mirar el armario, si te lo puedes permitir te compras o unas Nike, Vans, etc etc.

    Somos exclavos de la imagen (no solo física y no solo en las mujeres), e intentar atrubuir la culpa al machismo (ojo, que lo hay), o a un feminismo hipócrita es algo tan fácil como acusar, pero carece de razonamiento.

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  3. Yo no soy exclavo de la imagen, puedes preguntar a cualquier persona que me conozca. Yo si puedo no me compro unas Vans o Nike, me guardo el dinero y lo gastaré en comida, o en algo realmente necesario para mi bienestar personal. Ni siquiera compro otras cosas, o robo, o pirateo, o cojo prestado. Es sencillo vivir como yo.

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