jueves, 5 de agosto de 2010

Demasiado humano


El triste hedor del fracaso se cierne sobre mí, y lo peor es que lo degusto. Como si fuese lo único que me queda, y me fuese a esfumar mañana de la faz de la tierra. Es lo que tiene no haber tenido nada, que te aferras a lo más asqueroso aunque no te haga falta, como un instinto de supervivencia. Como un bebé a un dedo pulgar.

El nauseabundo gusto de mis pensamientos en contra de todos vosotros caminan conmigo día a día. Y lo intento escupir entre los pocos dientes que me quedan de tantos golpes recibidos por vuestra despreciable estupidez. Y solo logro expulsar sangre, y a veces trozos de corazón.

Lo que veo, es lo que no sois. Eso es la hipocresía de mi camino. Mis ojos se niegan a seguir abiertos hartos de la decepción de cada ser que le rodea. De las formas esperpénticas, y de los decrépitos cadáveres que asolan mi ciudad. Quieren que me vuelva ciega, antes que ver millones de muertos respirando el mismo aire que yo.

Mi piel ya no siente nada, pues es una manta de magulladuras mal cuidadas. Por caídas y por resignación ahora soy tan solo un monstruo que sonríe, por costumbre. Que yace tirado en el suelo de su habitación, regocijándose en nada. Intentaría levantarme, pero mis piernas están cansadas de andar caminos que no llegan a ninguna parte.

Si oigo algo, son los pocos días que me quedan. Hace tiempo ya que sustituí vuestras mentiras y vuestras falsas promesas por los latidos de mi corazón podrido. Lento. Marcando el tiempo, marcando los pasos, marcando cada día como un infierno. Perdido y a destiempo. Suplica unos minutos libres para dejar de latir.

Y aquí yazgo yo sola. En la penumbra de mi ser inmóvil. Hibernando despierta. Intentando a cada minuto morir del todo. Porque no me gusta sobremorir. Solo me queda llorar a la vez todas esas lágrimas que he guardado día a día, lastimando mi garganta de tanto aguantar. Abrir las compuertas, dejar que absolutamente todo se inunde, con la esperanza de ahogarme en ellas.


Ya que por desgracia, yo también soy como vosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario